Por Abigail Soto
La presión mediática de sectores que se creen dueños de la verdad y de la justicia está haciendo que la gente tenga temor a expresarse, porque si usted defiende una actuación lo catalogan de que está con los buenos, pero si usted critica esa actuación está del lado de los malos. Esto es lo que está pasando con el mediatismo alrededor del caso de la Cámara de Cuentas sobre acoso laboral.
Que no quede duda acoso es acoso y quien lo cometa debe ser sancionado, por tanto sorprende bastante que para defender estos actos se esté hablando de que sectores interesados quieren hacer saltar del cargo al presidente de dicho organismo.
Estas voces que están defendiendo a un hombre acusado de acoso son personas que en los momentos que le ha tocado dirigir alguna institución o ser parte de algún estamento de la sociedad hay actuado igual, porque de lo contrario no se justifica, que inclusive damas prestigiosas de la televisión dominicana están argumentando que esto se trata de una campaña para hacer renunciar a quien preside la Cámara de Cuentas.
Entonces surge la pregunta ¿Así como el Partido Revolucionario Moderno tuvo la mayoría de los legisladores para elegir el pleno de la Cámara de Cuentas (CC), en caso de qué haya que cambiar al presidente de esa entidad, no tiene otra persona con las condiciones de seriedad y responsabilidad necesarias para ese puesto? Es que no hay otra persona seria que pueda continuar con las funciones de este organismo regulador, o es que quieren ligar lo institucional con lo personal.
Hay que dejar las pendejadas, en el país los culpables deben pagar las consecuencias de sus actos, y en este caso en particular se debe investigar mediante las instancias correspondientes.
La acusación realizada por dos profesionales, que por de más están preparadas para no tener que depender únicamente del salario de la CC por lo que han asumido con responsabilidad hacer esta denuncia, debe ser atendida.
Es evidente que los recientes acuerdos publicados por el pleno de la Cámara de Cuentas, dejan claro que algo está mal y por tanto hay que extraerlo, a través de un juicio oral, franco, abierto y contradictorio que demuestre la culpabilidad o no de este señor, ya que el Congreso Nacional no actúa que actúe la justicia.
Por tanto, no es aceptable el chantaje de quienes critiquen la actuación de un incumbente acusado de acoso sexual o laboral es porque están en su contra, esto no es más que la confirmación de que quienes definden sus actos en caso de tener poder actuan en esta misma dirección.
