Por: Abigail Soto
La relación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con República Dominicana desde hace años viene siendo observada por analistas e inversionistas, por la influencia que tienen en las decisiones de estado, tanto en la compra como en la construcción de obras de instituciones públicas y porque bajo la tutela del PNUD muchos funcionarios se creen cubiertos.
Sin embargo, este organismo en la República Dominicana hace recordar a Odebrecht, debido a que funcionarios acuden a ella para tratar de aparentar que están haciendo transacciones lícitas cuando en realidad utilizan compañías exclusivas de ingenieros, lo que deja mucho al imaginario popular.
Muestra de ellos están contratos con el ministerio de Educación y ahora el Defensor del Pueblo le autoriza 100 millones más, después de un contrato indelicado que se hizo con esta institución.
Es una pena que las autoridades no se den cuenta de esta situación donde el PNUD está adquiriendo los mejores contratos en la construcción y en las compras internacionales, que en la mayoría de los casos le están saliendo al estado tres o cuatro veces mayor a la que costaría normalmente, pero mucha gente entiende que bajo la sombrilla de las Naciones Unidas tienen la protección de organismos internacionales y que construyendo con ella no van a pensar que existan irregularidades.
Es necesario investigar el mecanismo que utilizan estas compañías para lograr dichos contratos, no sea que se repitan las malas prácticas de ofrecer coimas a funcionarios para lograr acuerdos muchas veces de grado a grado, pues en estos casos el tiempo apremia.