Por: Abigail Soto
En momentos difíciles la desesperación no es buena consejera de las personas ni de los estados, vemos como el presidente de la República ha echado mano de un sistema manido al lanzar las fuerzas armadas a las calles, una medida usada en los gobiernos de Joaquín Balaguer, Leonel Fernández, Hipólito Mejía, Danilo Medina y en ninguno de ellos casos ha dado los resultados esperados por ser una acción momentánea.
Para combatir la delincuencia en el país la Policía Nacional es autosuficiente, si no se enfrentara problemas como la cantidad de policías que están en las calles cuidando bancas de apuesta y hasta como mensajeros.
Otro problema es que hay civiles sin ningún conocimiento en la materia dándole órdenes a los agentes policiales dejándolos de manos atadas, sin que puedan proceder a realizar sus labores para mantener el orden público.
La problemática se agrava porque la policía no tiene respaldo cuando ataca la delincuencia, no es posible que cuando un policía en el ejercicio de su deber, para salvar su vida quite del medio a un delincuente, este policía sea sancionado por puro populismo.
El primer mandatario tiene tiempo anunciando la intención de solucionar los problemas de seguridad, incluso trajo expertos extranjeros para analizar posibles soluciones ofreciendo un cambio que lamentablemente aun no llega, pues la población no aguanta los altos niveles de criminalidad.
Lo cierto es que mientras los niveles de vida de la gente sigan en picada, mientras la pobreza arrope el territorio nacional, seguirán apareciendo personas que salgan a las calles a delinquir, por eso es necesario que se aplique mano dura contra los delincuentes y los policías saben como hacerlo, siempre y cuando desde el estamento político no entorpezcan el trabajo.
Hay que dejar que el alto mando policial tome decisiones estratégicas, que levanten la moral de los policías, se debe premiar a los agentes que hagan su labor y que se sienta el respeto a las fuerzas del orden.
Señor presidente no caiga en el modo clientelar que no le dio resultado a ninguno de los mandatarios que lo utilizaron, recoja los guardias y dele autosuficiencia a la policía y verá que, si los civiles lo dejan trabajar, los agentes policiales ponen a raya a la delincuencia.