Por: Manuel Escoto
Mientras los dominicanos nos empecinamos en discutir sobre quién o quiénes de las últimas gestiones gubernamentales ha sido más eficaz, acusaciones de corrupción y promesas no cumplidas, que partido político o candidato tiene mejor aceptación según las encuestas de opinión, cuáles equipos de grandes ligas, de la NBA, y cuáles jugadores son más eficaces en promedios, el enemigo común de todos los dominicanos camina a pasos gigantescos ocupando los espacios laborales dominicanos.
Se concentran en el sector agrícola, en la construcción, los vendedores ambulantes, los servicios a domicilio, las trabajadoras domésticas, los jardineros, incursionan en el transporte público, entre otros espacios laborales.
Ese enemigo que nos persigue en las noches y en el día cruza impunemente por la frontera y nos invade despojándonos no sólo de los trabajos, también agotan una parte importante del presupuesto de salud y educación en algunos lugares superando en recibir estos servicios a los dominicanos.
Al caminar en la zona rural del territorio nacional en las madrugadas y al anochecer es notable la presencia de haitianos ilegales, esta supera a los dominicanos, siendo enemigos naturales del pueblo dominicano no sólo se conforman con ocupar los espacios qué hemos aludidos.
Por su masiva presencia en algunos lugares siembran el terror contra los dominicanos, invaden terrenos de propiedad privada, delinquen robando residencias, ganados, aviarios, vehículos, en fin, se han convertido en una población que resulta la peor carga para la sociedad dominicana.
Esta inmigración que no ha sido enfrentada con determinación por las autoridades anteriores y actuales de conformidad con las disposiciones constitucionales y legales, ha logrado contar con el concurso y la complicidad de sectores de la prensa, así como de ciertos intelectuales dominicanos que están al servicio de organismos internacionales y de embajadas que su única misión en el territorio nacional es crear el caos entre dominicanos y haitianos para luego estados poderosos intervenir en misión de paz y ejecutar sus planes de fusión.
Los dominicanos hoy más que nunca debemos estar ojos abiertos y listos para enfrentar estos planes, los haitianos y sus patrocinadores para la ocupación pacífica en principio del territorio nacional cuentan con cierta complicidad estatal, quienes están al frente de la administración pública en la mayoría de los casos vienen de descendencias poco vinculadas con los hechos históricos que dieron orígenes a la nación dominicana.
El autor es Abogado, especialista en Derecho Público-Privado